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Orador sagrado, restaurador en Francia de la Orden dominicana. Nació en Borgoña en 1802. Vivió y se educó en Dijon, de donde era originaria la madre y donde estudio Derecho. Terminada la carrera, ejerció la abogacía en París. Pero su vocación sacerdotal le llevó al Seminario.
Ingresó en S. Sulpicio en 1824. Se ordenó sacerdote el 22 de Septiembre de 1827. Fue designado capellán de la Visitación y del Colegio de Enrique IV.
En 1830, a punto de marchar a misionar a Norteamérica, optó por fundar el periódico L'Avenir junto a Montalembert y Lamennais. Rechazada la línea integrista defendido por el periódico y casi condenado por Roma, Lacordaire se sometió incondicionalmente, a diferencia de sus dos compañeros que se embarcaron en una aventura de rebeldía. Escribió entonces a favor de la Santa Sede y en contra de Lamennais el libro "Cartas sobre la Santa Sede”.
En 1834 dio un ciclo de conferencias apologéticas para la juventud en el Colegio de San Estanislao de París. El Arzobispo de París las suspendió, pero poco después las autorizó en Notre Dame de París. El éxito alcanzado las hizo famosas y se repitieron a lo largo de los años a cargo de los más afamados predicadores de Francia. Predicó con frecuencia en muchas otras ciudades. En la Cuaresma de 1836 renunció al púlpito para retirarse a la soledad.
En 1838 decidió hacerse dominico para restaurar esta Orden en Francia. Tomó el hábito en Roma en 1839 en el convento de la Minerva. Profesó el 12 de Abril 1840 y volvió a Francia Reanudó la tarea predicadora y fue abriendo conventos. También fundó la Tercera Orden Dominicana de la Enseñanza, dedicada a la educación de los jóvenes en los colegios
En 1861 fue elegido miembro de la Academia Francesa.. Sus escritos resultaron variado en temática, brillantes en estilos, cautivadores y profundos al par que originales. Se conservan varios tomos de "Conferencias, Sermones y pláticas". Tiene la hermosa y devota "Vida de Sto. Domingo". Escribió multitud de artículos y carta. Estaba dictando las "Memorias de la Restauración de la Orden en Francia".
Se llegaba al año 1854, cuando le llegó la muerte en Soréze el 21 de Noviembre de 1861. Su recuerdo, no sólo entre los dominicos, sino en Francia entera, quedó como modelo de ciencia, de fortaleza y de audacia cristiana.
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